EL PATIO DE LAS BRUJAS
Los abuelos suelen contar constantemente la historia del Patio de Las Brujas, Antón García, la cual dice que hacia 1925 un campesino llamado Anselmo fue encontrado por sus hijos medio muerto en una planada rodeada de árboles de caracolí, mangos y pomarrosos, y que a su lado estaba una guara, ave parecida al chulo pero un poco más grande, que intentaba sacarle los ojos.
Ante la insistencia del ave los hijos le dispararon y ella, junto a una gran cantidad de chulos apostados en los árboles, salieron volando.
Tras varios días en el hospital de Bucaramanga, Anselmo recuperó el conocimiento y recordó que aquella tarde salió a pasear en su caballo y se encontró con un jinete negro acompañado de un perro enorme del mismo color.
Anselmo decía que el extraño personaje lo hizo cambiar de camino hasta llegar a la planada rodeada de árboles y allí se dio cuenta de que El Compadre, como se hizo llamar el jinete, no era otra cosa que el mismo Diablo que empezaba a hablar con la guara y los chulos, brujas a su servicio.
Dicen que la guara se personificó en Eduviges, una vecina y antigua empleada de servicio de Anselmo que estaba resentida porque éste le había negado favores amorosos y deseaba venganza. Eduviges apareció luego en el pueblo cojeando de la pierna izquierda, producto de una herida; desde entonces la planada se conoce como El Patio de las Brujas.
HISTORIAS Y LEYENDAS QUE ENRIQUECEN LA CULTURA
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EL NAZARENO SIN CABEZA
Cuenta José Arturo González, que por la calle de la calavera o sea por la calle corazón de Jesús de Girón, cerca de las capillas de las Nieves, después de las once de la noche, sobre todo en época de cuaresma, se aparece un nazareno que anda por encima del suelo.
Dicen los hombres que llega al patio de la capilla que se arrodilla y desaparece y que esta penando por que comía carne los día de vigilia. En el sector se rumora que en 1992 un celador vio al penitente entrando a la capilla de las Nieves con su capuchón y vestido de Nazareno, que andaba por los aires y preso del pánico huyo desaparecido a contar lo que había visto.
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